El jueves pasado por la noche me entregaron de madrugada un paquete de kilo y pico que contenía una sobrasada picante de matanza recien traída de Mallorca por Bernarda, la madre de mi socia.
La verdad es que me acosté salivando un poco y deseando levantarme pronto al día siguiente para preparar este manjar que forma parte desde hace muchos años de la sabiduría popular Menorquina y Mallorquina. Esta semana incluso, unos clientes que vinieron el jueves comentaron que había habido un concurso llamado el mejor bocadillo del mundo -o algo así. y había ganado un bocata de sobrasada con miel. Lo cierto es que no he encontrado referencias a este concurso pero esto merece la pena probarse.
Se saca la sobrasada de la nevera un rato antes para que se atempere, se tuestan unas rebanadas finas de pan y se unta una cuchara generosa de sobrasada (hay quien calienta un poco la sobrasada en el horno sobre la rebanada de pan o sola para facilitar su untado), una cucharada de buena miel y ya está. También se puede mantener, una vez tostado pan y untado de sobrasada en una sarten a fuego medio o en el horno a 70º.
No me extraña que muchos payeses menorquines y algunos bares que abren de madrugada para acoger a los marineros y pescadores de Ciutadella lo ofrezcan a los hombres de mar que llegan de madrugada despues de una travesía fría y dura. Ese mix de crujiente, utuosidad y melosidad y la profundidad de una buena sobrasada y de una buena miel es una gozada.
Hiper recomendabe: pronto tendremos este plato en el Rice Bar con Miel de Zulla, una miel extraordinaria que merece la pena probar.